En el auditorio del Museo Regional de Antropología “Carlos Pellicer Cámara” se llevó a cabo la mesa redonda “Presencia de Andrés Iduarte”, con la participación de Ervey Castillo, Ulises Rodríguez y Víctor Sámano, quienes ofrecieron un recorrido sobre la vida, obra literaria y periodística del escritor tabasqueño.
Ervey Castillo, quien no pudo acudir, transmitió su mensaje a través de un video, en el que comentó que la iconografía que él realizó sobre Iduarte y que publicó bajo el título El viaje no termina, surge para conocer más sobre la obra y vida del autor tabasqueño.
Externó que una primera lectura que realizó sobre el trabajo de Iduarte fue Un niño en la Revolución Mexicana, el cual le interesó porque toca de manera muy nuestra la historia de Tabasco, la historia que le tocó vivir. “A partir de ahí surgió el interés de saber más de Iduarte. Vi que no había una biografía completa de su obra, por eso la elaboré y la incluí en esta iconografía”, afirmó.
Asimismo, enfatizó que Andrés es un ejemplo para las nuevas generaciones y considera que es el momento de retomarlo para que conozcamos a este autor que ha trascendido a nivel nacional e internacional.
En tanto, Ulises Rodríguez recordó que el primero de mayo se cumplieron 112 años del natalicio de Andrés Iduarte y destacó que cuando el escritor falleció sus cenizas fueron depositadas en dos grandes ríos: Grijalva y Hudson, en Nueva York, este último estaba cerca de donde vivía.
“La verdad es que poco conocemos de él, a pesar de la mucha producción literaria que tuvo. Lo que más conocemos es su libro Un niño en la Revolución Mexicana, el gran referente que hay en Tabasco”, puntualizó.
Explicó que Andrés Iduarte, desde niño, tuvo que abandonar Tabasco para irse a vivir con toda su familia a la Ciudad de México y se formó un gran carácter, con mucho temple. Él hablaba muy derecho, directamente, y no le importaba la persona que tuviera en frente, si era una persona de alto nivel. A él le interesaba ser una persona muy recta, con formación ética y con una gran vocación humanista.
“Es necesario leer a Iduarte, conocer su literatura y estudiarlo más a fondo. He escuchado que se han hecho muchos estudios sobre Carlos Pellicer, pero no se han hecho estudios sobre la obra de Iduarte, quien también fue una persona muy conocida a nivel internacional, muy querido en Cuba, Colombia, Uruguay, Chile, Argentina y Venezuela. Fue catedrático en la Universidad de Columbia, en Nueva York, prácticamente él vivía de su enseñanza, sobresalió más como académico e intelectual”, indicó.
Por su parte, Víctor Sámano mencionó que gracias al colombiano Lácides García y a Ervey Castillo, conoció a Iduarte, un intelectual tabasqueño de dimensiones históricas y que es más conocido en el extranjero que en nuestro país y en Tabasco.
“Hay que recordar que en Tabasco se publicaron a principios de los noventa, las obras de Iduarte, en ocho tomos. Por cierto, a principios de los años 80, Radio Tabasco, de la Corat, adaptó y transmitió dos obras de Iduarte: El caballero matón y Un niño en la Revolución Mexicana”.
Destacó que El viaje no termina, de Ervey Castillo, trata de una obra convertida en guía, para seguir la huella del ilustre tabasqueño, quien tuvo la fortuna de vivir uno de los periodos más intensos y a veces más trágicos, muchas veces también luminosos, no sólo de México sino también del mundo.
“En sus colaboraciones también para periódicos, aparece sobre todo en Excélsior y El Nacional. Sabedor de que los periódicos diarios eran el medio adecuado para el debate cultural y político, para abrir el diálogo público, dirigió y participó en suplementos importantes como La Revista Mexicana de Cultura y La Cultura en México”, señaló.
Su extensa obra, dijo, abarca el relato, la novela, la crónica, el ensayo, la crítica literaria, pero quizá el acercamiento a sus relatos y a sus novelas sea mucho más cercano, mucho más fácil para todos. Quienes han estudiado a Iduarte, coinciden en que su labor literaria se inscribe en dos corrientes: la autobiográfica y la evocadora del país, de su tiempo y de sus contemporáneos.
Sin duda, expresó Sámano, Andrés Iduarte estuvo marcado por las revoluciones. Le tocó vivir los momentos inmediatos a la Revolución Mexicana y también la resistencia republicana de los españoles al fascismo.
“Iduarte es un ejemplo de cómo se puede amar al país y a su gente, sin dejar de ser solidario con nuestros semejantes. También es un ejemplo de cómo se puede hacer buena literatura sin dejar de promover la literatura y el valor de los otros, de nuestro prójimo”, concluyó.