En el Museo Regional de Antropología “Carlos Pellicer Cámara”, ante gran número de personas, se llevó a cabo la presentación de la novela “Los días erráticos”, de Ángel Vega, publicada por el Gobierno del Estado de Tabasco. Los comentarios estuvieron a cargo de Ana Livia Salinas, Jorge Vital y del autor.
La escritora Ana Livia Salinas indicó que el libro “Los días erráticos” contiene una gama amplia de emociones: alegría, pasión, desamor, tristeza, miedo, situaciones de sorpresa, misterio, humor, erotismo, visiones chamánicas, guerrillas, transparencias sociales, marginación, denuncia y ante todo, un encuentro cara a cara con algunas facetas de nuestro país, con lo obscuro y con lo luminoso, con lo mexicano, afirmó.
Mencionó que en la novela aparecen cuestiones técnicas que permiten que el lector se mantenga muy interesado. Uno de los recursos que el autor utiliza, dijo, es narrar a través de una estructura polifónica, es decir, emplea varias voces narrativas. No sólo cuenta la historia un narrador, sino también los personajes. “La utilización de varias voces nos permitirá realmente conocer la profundidad de los personajes, su forma de pensar y lo que sienten”, puntualizó.
En tanto, Jorge Vital subrayó que la novela, desde su inicio, “identifica un trabajo arduo por parte del escritor. Comienza trepidante, se puede beber a morro la ficción en sus primeras 50 páginas, no se toma tiempo para entrar en calor”.
“Con inercia feroz se llega a un gran capítulo llamado The cockroach effect e inmediatamente después nos subimos a un viaje en tren que se degusta por sus detalles; hasta ahí el lector debe elegir: tomar sin dosificación la historia social a partir de individuos aterrados o saborear los detalles valiosos que Ángel Vega nos regala”, resaltó.
Por último, Ángel Vega explicó que la novela trata de la juventud vivida a una velocidad casi suicida, de las ideologías a las que nuestras generaciones han confiado su fe, del amor alejado de su concepción más rosa, de un México que cada vez se parece menos al que vivimos.
“Me gustaría describir mi narrativa como una forma de contar historias desde la experiencia intergeneracional. En esta novela, los personajes aparecen desde el fondo de una gran pantalla de cine, que a veces se confunde con la realidad, y por momentos se entreteje con la fantasía de un viaje al interior de la noche más profunda de un México estrambótico, tan irreal, estrafalario y escandaloso por sus excesos”, aseveró.