- El Instituto Estatal de las Mujeres presentó este día círculo de reflexión “Autoestima en adolescentes”
- Patricia Esquinca, trabajadora social del Centro de Atención Primaria en Adicciones (CAPA) del municipio de Cunduacán, aseguró que autoestima en niñas, niños y adolescentes se encuentra en la empatía, la comunicación, la toma de decisiones y el esparcimiento
Con el propósito de proporcionar información de cómo promover el desarrollo de la autoestima en niñas, niños y adolescentes, el Instituto Estatal de las Mujeres (IEM) ofreció este martes en sus círculos de reflexión, la charla “Autoestima en adolescentes”.
La encargada de la capacitación fue Patricia Isabel Esquinca Maldonado, trabajadora social del Centro de Atención Primaria en Adicciones (CAPA) del municipio de Cunduacán, quien aseguró que la autoestima en adolescentes se encuentra en la empatía, la comunicación, la toma de decisiones y el esparcimiento.
Destacó que al cumplirse esos cuatro factores se evita, retrasa o se elimina el uso de sustancias psicoadictivas en las y los adolescentes, que tanto daño causan a los mismos y pueden derivar en rompimientos familiares y amistosos, y ser causantes de abandono de estudios y del hogar paternal.
Esquinca Maldonado aseguró que la adolescencia es una etapa en la que aparecen muchos miedos e inseguridades, por lo que para construirla y vivirla de buena forma, es necesario tener una autoestima positiva, que es el valor del yo, porque una persona no puede estar bien si no se conoce a sí mismo.
Explicó que son cuatro pilares básicos que forman nuestra autoestima: aceptación, que no es lastimarnos a sí mismos; autoimagen, que trata sobre el gusto de uno mismo; autorreforzamiento, que es aprender a elogiarnos y tratar de hacer las cosas bien; y autoeficacia, que es la confianza que se tiene en sí mismo y levantarnos de las caídas.
“Es muy importante que a esta edad entendamos que un error nos lleva a un autoaprendizaje. Saber que si hacemos algo mal, ya no lo vamos a repetir, porque la autoestima en los adolescentes también depende de la opinión de la familia, de los amigos, y de sus maestros, aunque también existe la opinión de personas tóxicas”, puntualizó.
La trabajadora social del CAPA del municipio de Cunduacán consideró que la manera en cómo nos hablamos a nosotros mismos, tiene un impacto inmenso en nuestra autoestima, pues la pueden hacer crecer o destruir. Es algo interno esa vocecita que tenemos en nuestra cabeza que no deja de hablar, enfatizó.
En su charla recordó parte de la niñez del inventor y científico estadounidense, Thomas Alva Edison, quien desde muy pequeño hizo muchas cosas y fue muy perseverante hasta conseguir lo que deseaba.
“Su autoestima era muy alta y fue una de las personas reconocidas universalmente por su inteligencia y porque nunca se daba por vencido”, dijo.
Señaló que otro factor de la autoestima es la empatía, que es la participación afectiva de una persona en una realidad ajena a ella. “Vivimos una crisis de empatía global, por lo que tenemos que ser capaces de encontrar la humanidad en nosotros, y darnos cuenta de que los seres humanos compartimos algo, que es la capacidad de sentir”, subrayó.
Describió que los elementos de la empatía son la preocupación por los demás y ponerse en el lugar de otro. Opinó que la empatía se puede trabajar en los adolescentes para que presten atención, miren a los ojos de quien les habla, identifiquen los sentimientos que la otra persona está expresando al hablar, y que tenga paciencia para no interrumpir.
Patricia Isabel Esquinca mencionó que también los adolescentes deben aprender a hablar con su cuerpo, sonreír, mirar a los ojos, dar un abrazo, tomar la mano o el hombro; utilizar frases como “te escucho” o “cuéntame más”; usar palabras claras, precisas y frases cortas; y ser concreto y directo para que el otro no tenga que adivinar y haya malos entendidos.
También ofreció algunos pasos para prevenir que la o el adolescente se interese en el consumo de drogas, como establecer expectativas altas y límites claros, hablarles sobre los peligros del consumo de drogas, aprovechar momentos aleccionadores, ayudarle a enfrentar la presión de los demás y sus emociones, y hablar con un profesional.
Respecto a la toma de decisiones y solución de problemas, indicó que se debe tener claro el problema, identificar las diferentes soluciones, analizar las alternativas de solución, elegir la opción que se considere más conveniente y ponerla en práctica, y analizar los resultados.
“Es importante destacar que no necesariamente se deben seguir todos los pasos, porque se pueden tomar decisiones o resolver problemas rápidamente, por lo que el sentido común es de gran utilidad, y lo más recomendable es que las niñas, niños y adolescentes se den el tiempo para tomar decisiones que sean positivas y beneficien a todos”, concluyó.
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