- A un menor de 3 años se le realizó una gastrostomía, que significó conectar una vía externa para alimentar su estómago, ante la falta de desarrollo de su esófago.
- Por esta técnica de mínima invasión, a una niña de 9 años se le quitaron dos hernias inguinales.
- El médico Ramón Camejo, quien se especializó en pediatría y cirugía en ese nosocomio retornó a México para encabezar ambas intervenciones, en retribución a lo que aprendió con sus colegas tabasqueños.
Personal del Hospital Regional de Alta Especialidad del Niño, Rodolfo Nieto Padrón, realizó nuevamente con laparoscopía dos operaciones que lo colocan a la vanguardia en el uso de este tipo de cirugía de mínima invasión, con la que el menor puede ser dado de alta en menos tiempo y recuperarse en casa, sin dificultad alguna.
Ambas intervenciones fueron encabezadas por el doctor Ramón Alcides Camejo Reyes, quien vino de República Dominicana, en 1989, para especializarse en Pediatría y Cirugía Pediátrica en el Hospital del Niño, y que por esa formación, es fundador de la escuela de Cirugía Pediátrica en su país y actualmente, uno de los más reconocidos cirujanos en laparoscopía pediátrica.
En entrevista que concedió previamente a las cirugías, acompañado de la directora del Hospital del Niño, Silvia Gutiérrez Lucatero y otros especialistas, el doctor Camejo destacó que la intervención que haría a un niño de tres años que por parálisis cerebral presentaba atresia esofágica, que consiste en que el esófago se desarrolla inadecuadamente o al no usarlo, sufría de reflujo y sus alimentos no le llegaban al estómago correctamente.
Para subsanar esta dificultad que ponía en riesgo la vida del infante, Camejo Reyes refirió que se optó por la gastrostomía, que es un procedimiento quirúrgico con el que se comunica el estómago al exterior, a través de una sonda que en su caso, la introduce por laparoscopía, y así, facilitar la alimentación.
“Uno hace una técnica laparoscópica que vuelve el estómago sobre el esófago y así disminuye, lo que es el daño; es hacer una válvula para evitar que el contenido del estómago vuelva al esófago, porque el ácido del estómago quema el esófago y al final, puede provocar hasta cáncer de esófago”, explicó.
El otro caso, según anticipó, fue el de una niña de 9 años, que también fue intervenida a través de laparoscopía, pero por padecimiento de hernias inguinales.
Ramón Camejo mencionó que su aportación de conocimiento y experiencia, como retribución al Hospital del Niño, es lo que aprendido de otros colegas, como el también cirujano en pediatría especializado en laparoscopía, Jorge Godoy Lenz, cuyas técnicas son sencillas y poco agresivas, sobre todo –remarcó- cuando este tipo de intervenciones son de las más frecuentes en menores.
“De cada 100 niños, hay cinco con hernias; nacen cinco con eso, es la cirugía pediátrica más frecuente o una de las más frecuentes, pero siempre cinco o diez de cada 100 niños van a tener hernias”, refirió el pediatra.
La intención de fomentar el uso de la laparoscopía en cirugías a niños, agregó, es que las heridas de incisión son más pequeñas y por lo tanto, facilitan su pronta recuperación en casa y para el hospital, representa menores costos.
“Es importante (este tipo de intervención), porque si el niño se va sin heridas a la casa, la mamá no tiene que curar heridas. El niño juega el mismo día que llega a su casa, como si no lo hubieran operado. Es una técnica bastante sencilla y bastante reproducible en cualquier lugar con poco instrumental”, señaló.
Silvia Gutiérrez Lucatero, directora del Hospital del Niño, sostuvo que la técnica de laparoscopía es cada vez más usada en las intervenciones, porque con la aportación de experiencia, como la del doctor Camejo, hay una formación a los médicos residentes, que los coloca a la vanguardia en innovación.
“La laparoscopia es parte del día a día del hospital, que tenemos al experto o que ha hecho un expertos también ahí, el doctor César Calderón, que es el jefe del servicio de cirugía pediátrica. Somos una escuela y la responsabilidad es alta con los residentes, entonces tenemos que estar muy a la vanguardia en innovación. Y qué mejor que lo que estamos compartiendo el conocimiento, la experiencia, las habilidades; es realmente una tarea del Hospital del Niño que va a ser perpetua”, aseguró.
Gutiérrez Lucatero, destacó además que con las funciones que se realizan con la laparoscopía, en lugar de la apertura de abdomen, sólo quedan pequeñas heridas que facilitan que al cuarto mes después de la operación, no sean visibles, por lo que prácticamente el niño puede retomar sus actividades normales, desde que es dado de alta.
“No es lo mismo que opere un niño y lo deje una semana hospitalizado con una herida que se pueda infectar, a un niño que va a regresar a la casa, a la escuela, que no va a ser un problema el cuidado para los papás. Eso es parte de lo que hacen aquí nuestros profesionales de la salud en cirugía pediátrica y obviamente en otras especialidades, pero ahorita estamos tratando de que nuestros cirujanos tengan todo para hacer lo que mejor hacen, que es operar”, dijo.
César Calderón Alipi, jefe de cirugía pediátrica del Hospital del Niño, destacó que las intervenciones por laparoscopía, tan sólo la de hernias inguinales tienen un costo superior a los 40 mil pesos, en un hospital privado.
“Hablando de un proceso, de una hernia por laparoscopia, incluyendo hospitalización, gastos médicos y medicamentos, debe estar arriba de los 40 o 50 mil pesos, y en caso de la diplomatura, ya con la estancia hospitalaria un poco más prolongada, debe andar en alrededor de los 80 o 100 mil pesos, en cualquier institución privada”, indicó.
Calderón Alipi expuso que a ello hay que sumarle todo el proceso de gestión de instrumental y de personal multidisciplinario con el que cuenta el Hospital del Niño.
Por su parte, José Luis Arias Arias, presidente del Colegio de Cirujanos Pediatras de Tabasco, dijo estar orgulloso de haber conseguido la visita del doctor Camejo – quien recordó fue su compañero de residencia en Pediatría- para retroalimentar a médicos residentes, como especialistas en cirugía pediátrica.
“Esta es una labor de educación médica continua para los cirujanos, pediatras colegiados, donde habla sobre patología esofágica, algunas técnicas buenas y modernas que se hacen sobre pacientes con atresia esófago que tienen una brecha amplia. Quiere decir que los cabos son muy amplios. El doctor Camejo tiene por ahí unos casos de reconstrucciones que se están haciendo también a pacientes con sustitución esofágica”, expresó.
En términos modestos, el especialista dominicano reconoció que con los colegas tabasqueños le une una hermandad y principalmente, su compromiso de retribuirle conocimiento al Hospital del Niño, Rodolfo Nieto Padrón, donde hizo escuela.
“La relación que tenemos es una hermandad ya muy vieja, entonces no solamente de que como médicos nos tratamos como hermanos, ellos a cada rato me visitan allá, algunas veces van a pasear, algunas veces van a trabajar y lo mismo hago yo devolviendo al hospital lo que me dio, o sea, lo que yo soy, se lo agradezco al Hospital del Niño”, reconoció el doctor Camejo.