- El IEM llevó a cabo el conversatorio “Embarazo Adolescente con Factores de Riesgo”, donde se destacó que es vital que la sociedad civil se involucre en las estrategias que impulsa el gobierno
- La ponente, Norma Granados Maldonado resaltó también la importancia de evaluar el impacto de las políticas públicas y acciones institucionales
- Indicó que la educación sexual es esencial para que los jóvenes tomen decisiones informadas para ejercer su sexualidad de manera responsable
El Instituto Estatal de las Mujeres (IEM), llevó a cabo este viernes el conversatorio “Embarazo Adolescente con Factores de Riesgo”, en el que se destacó la importancia de la corresponsabilidad social para que los programas que impulsa el gobierno para disminuir el índice de gestaciones no planeadas en menores de edad sean más efectivos.
En este ejercicio que forma parte del programa Educación Integral en Temas de Sexualidad, la doctora Norma Sabrina Granados Maldonado, hizo hincapié que para erradicar este fenómeno las estrategias gubernamentales por sí solas no serán suficientes, si padres de familia, empresarios, la academia y la sociedad civil en general no toma conciencia sobre la necesidad de que se involucren en este tema.
La ginecóloga especialista en temas de sexualidad enfatizó que el embarazo adolescente es una problemática de salud pública que representa preocupación a nivel mundial y que México se ubica en el primer lugar en casos, de acuerdo con cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Dijo que, en el caso de Tabasco, la mayor incidencia de gestaciones en menores de 19 años se registra en los municipios de Centro, Cárdenas, Macuspana y Huimanguillo, sobre todo en comunidades de alta marginación.
Enfatizó que el embarazo afecta negativamente la salud de las adolescentes, además de que pone en riesgo la permanencia en la escuela, los ingresos presentes y futuros, el acceso a oportunidades recreativas, sociales y laborales especializadas y de calidad y el desarrollo humano.
Además, tener relaciones sexuales sin protección implica un riesgo permanente de adquirir una infección de transmisión sexual, por lo que gobierno y sociedad deben trabajar de manera coordinada para prevenir, pero también para dar seguimiento puntual a los casos de adolescentes que ya se encuentran embarazadas para proteger su salud, mejorar su entorno y que aspiren a un proyecto de vida.
Recordó que la adolescencia es una etapa de desarrollo biológico, psicológico, sexual y social en la que se define la personalidad de los seres humanos y que por ello es necesario que los menores de edad cuenten con el acompañamiento de la familia, la escuela y la sociedad.
“Es una etapa de aprendizaje, de crecimiento y desarrollo en la que los menores de 10 a 19 años están sometidos a cambios adversos y requieren orientación y asesoría médica para que tomen decisiones sabias, sensatas y prudentes”, añadió Granados Maldonado.
Comentó que otra situación preocupante, es que muchos menores de edad son víctimas de abuso sexual, la cual es una de las causas principales de gestaciones en menores de edad, situación que obliga a monitorear y evaluar el impacto de los programas y políticas públicas y las acciones institucionales sobre esta situación para garantizar la protección de este grupo vulnerable.
“El embarazo adolescente tiene profundas raíces en la pobreza, la marginación, la disfunción familiar, la violencia y la adicción”, indicó la especialista al subrayar que la mayoría de los casos se presentan entre estudiantes del nivel secundaria, por ello es necesario que se trabaje en la orientación de este sector de la población.
Hizo énfasis sobre que la gestación en la adolescencia pone en riesgo la salud a la mamá y al bebé, debido a que el organismo de ella no se ha desarrollado por completo y que riesgos más comunes son aborto espontáneo o inducido en lugares clandestinos, lo cual trae como consecuencia mayor riesgo de mortalidad materna.
Norma Granados dijo que por ello es importante que todos los jóvenes cuenten con información sobre planificación familiar y salud sexual, para que tomen decisiones informadas en el ejercicio de su sexualidad.