- El Instituto Estatal de las Mujeres presentó círculo de reflexión “Estilos de crianza y sus efectos en la vida”, a cargo de especialista Yasmín Adriana Vázquez Ortiz
- Destacó que, de acuerdo a teorías en la materia, existen cuatro tipos de crianzas: asertiva, sobreprotectora, permisiva y autoritaria
- Ofreció a mamás y papás recomendaciones para aplicar en la crianza de sus hijas e hijos, y formar adolescentes, jóvenes y adultos funcionales y responsables
La capacitación que ofrece el Instituto Estatal de las Mujeres (IEM), en sus círculos de reflexión de todos los días, correspondió a la psicóloga de la Dirección de Atención a Víctimas del organismo, Yasmín Adriana Vázquez Ortiz, quien presentó el tema “Estilos de crianza y sus efectos en la vida”.
La ponente inició su presentación puntualizando que las mamás y los papás tienen una gran influencia en el comportamiento de los hijos e hijas. Los estilos de crianza que llevemos a cabo con nuestros hijos van a influenciar de modo determinante en su desarrollo, por lo que es importante prestar atención a esos estilos de crianza que damos, aseguró.
Consideró que fomentar estilos de crianza positivos contribuye a un desarrollo sano, mientras que los negativos, pueden tener consecuencias negativas en el desarrollo de niñas y niños. Por eso es importante ofrecer estilos de crianza que formen niños, adolescentes, jóvenes y adultos funcionales y que destaquen en la sociedad como individuos.
La psicóloga por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) destacó el trabajo que hizo la psicóloga clínica y psicológica estadounidense, Diana Baumrind, quien creó una teoría basada en cuatro estilos de crianza: asertiva, sobreprotectora, permisiva y autoritaria.
Dijo que según Baumrind los niños desconfiados e infelices tenían padres controladores y poco afectivos. “Los dependientes tenían padres cálidos que no podían poner límites. Y los autosuficientes y felices tenían padres exigentes, pero comunicativos”, explicó.
Expuso que Baumrind observó que había cuatro dimensiones de las interacciones entre padres e hijos: control parental, con aplicación de reglas; demandas de madurez, expectativas de los padres hacia los hijos; claridad de comunicación, con disposición de los padres para comunicarse con sus hijos; y crianza, expresiones de calidez y aprobación de los padres.
“Su teoría es que existe una relación muy estrecha entre el estilo de crianza y el comportamiento de los niños y las niñas. Es decir, el modelo de paternidad o maternidad determina, en buena medida, el desarrollo del niño y tiene consecuencias sobre su forma de ser”, enfatizó Vázquez Ortiz.
Subrayó que el primer estilo de vida que identificó Baumrind es el asertivo, en el que se da un nivel de exigencia alto, hay una expresión de afecto alta, existen normas claras y concisas, y se dan reconocimientos y enhorabuenas.
Estableció que en el sobreprotector hay una exigencia muy baja, existe un nivel de afecto muy elevado; se establecen pocas o ninguna norma y demasiados premios, y se justifica y perdona todo, manifestó la colaboradora del IEM.
Explicó que en el estilo de crianza permisivo no hay horarios ni rutinas, se da un nivel de exigencia bajo, hay una expresión de afecto bajo, una actitud constante de indiferencia, y escasez de normas o falta de aplicación efectiva en ellas.
Y en el estilo de crianza, señaló que no hay espacio para el diálogo, hay un afecto muy escaso, excesivas normas y castigos, existencia de gritos y críticas casi a diario, y exigencias muy elevadas.
La especialista recomendó a madres y padres establecer límites claros y consistentes en sus hijos, darles responsabilidades, permitirles cierta independencia, promover sus éxitos y aceptar sus fracasos, evitar las comparaciones, no usar etiquetas, animarlos a perseguir sus metas, guiarlos con valores, empatizar con ellos, y demostrarles que los quieren.